No importa el origen, ni la historia de este día. Tan sólo nace la necesidad de recordar la vitalidad de la palabra hecha rima o de los versos libres que llenan de alegría nuestra alma o que la consuelan ante lo irreparable. También convoca a la lucha necesaria por nuestra existencia, acorralada por los vientos del capital, para que podamos continuar nuestro camino pese a los obstáculos que encontramos en nuestra vida.
La poesía es el canto a la vida, al amor, al fluir las emociones a flor de piel sin otra condición que la musa inspiradora del momento, alentada por nuestra propia mirada acerca de nuestro derredor. Y es lo que cuenta. No hace falta estilo, solamente basta nuestro sentir profundo para que las palabras se unan en feroz recorrido hacia lo poético. Expresa las sensaciones y las pasiones, las emociones y los sentires de cada uno hacia este mundo problemático y febril que vivimos para darnos cuenta de nuestro finito existir.
Es ella, la que convoca a nuevas sensaciones de la mano de su lectura o su escritura al viento. Nos hace palpitar el corazón o comprender la insignificancia de aquellas ocasiones en las cuales nuestras propias circunstancias nos sumergen en las profundidades de la tristeza. De su mano, también conocemos la perversidad existente o la esperanza que permite alimentar nuestros sueños e ilusiones en pos de un mundo mejor.
De la mano de los poetas, podemos llegar a otra dimensión, la de la humanidad sin cortapisas, la del ser desnudo ante nuestras propias vivencias para encontrar lo perdido en el medio de nuestra vida. Son ellos, los que dan la palabra justa a nuestro sentir o nuestro existir en el medio del torbellino en el que estamos sumergidos, como producto de nuestras propias virtudes y de nuestros profundos defectos.
Poesía y poetas resultan indispensables en este mundo que viene perdiendo su humanidad. Constituyen el alimento indispensable para el alma. Y muchas veces, resultan el bálsamo reparador ante tantas tragedias que hemos vivido y que seguiremos viviendo.
Sólo queda expresar nuestra gratitud hacia quienes nos dan otra mirada. No es poca cosa en tiempos febriles y atormentados como los actuales. Los necesitamos para seguir nuestra existencia.
¡ Feliz Día Internacional de la Poesía !
Javier Sanz
21/03/08
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